La partida de Rubby Pérez ha dejado una huella imborrable en el mundo del merengue y en los corazones de quienes lo admiraban. Su inesperada muerte, ocurrida durante el derrumbe del techo en la discoteca Jet Set, ha conmocionado a todo un país que lo vio brillar tantas veces sobre ese mismo escenario.
Lo que ha dado un matiz aún más conmovedor a esta tragedia fue la revelación de por qué Rubby estaba en el lugar esa noche.
En una entrevista exclusiva con Lourdes Stephen para Telemundo, su hija, Zulinka Pérez, compartió que su padre no tenía planeada esa presentación para ese día. De hecho, el evento originalmente estaba pautado para el 14.
Rubby había tomado la decisión de adelantar su show con un propósito muy especial: viajar antes a Houston para ver a su novia, Leidy. La emoción por reencontrarse con ella lo llevó a reorganizar su agenda. “Mami, voy a adelantar el viaje para Houston. Yo quiero estar con Leidy”, le dijo con ilusión a su hija.
Ese gesto, nacido del amor, terminó llevándolo a estar en el lugar equivocado en el momento más desafortunado. Fue un giro inesperado del destino, guiado por el deseo profundo de compartir tiempo con alguien que ocupaba un lugar muy importante en su vida.
Tras conocerse la noticia, Leidy viajó desde Houston para despedirlo. Su llegada al funeral, completamente devastada, fue confirmada por Lourdes Stephen, quien describió la escena como profundamente emotiva.
Aunque se conocen pocos detalles sobre la relación, su presencia bastó para evidenciar lo fuerte del vínculo que los unía.
Más allá de los escenarios y los aplausos, el testimonio de su hija reveló a un Rubby Pérez profundamente humano, un hombre guiado por los afectos. Su legado musical permanecerá, pero también lo hará el recuerdo de un artista que, pese a su fama, seguía tomando decisiones impulsadas por el amor.