Rep.Dom.- El ex-grandes ligas y salón de la fama Vladimir Guerrero expreso las razones porque decidió dejar de regalar reyes y dar comida.
Dijo que gracias a Dios el hoy en día puede comprarlo y hablar con personas, y esas personas lo ayudan a el a poder hacer feliz a familias no pudientes.
Dijo que el tiene alrededor de 3 años corrido dando útiles escolares a los niños de su natal pueblo San Gregorio.
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Y decidió dar comida los 23 de diciembre para que las familias puedan hacer sus cenas de navidad el 24 de diciembre.
Expresó también sentirse contento gracias a Dios para el seguir haciendo un buen trabajo.
Dijo que actualmente el no tiene una fundación, pero aun no está pensando en eso, mientras Dios le siga dando vida y salud el seguirá haciendo la obra.
La superestrella más anónima del deporte bebía en estanques cuando era niño porque no tenía agua ni electricidad. Entonces las cosas empeoraron.
Un huracán derribó el techo de la casa de su familia, dejando solo una habitación intacta.
Los siete miembros de la familia se reunieron luego, compartiendo dos camas y distribuyendo la leche y el azúcar a los servicios de rescate.
Vladimir Guerrero no olvida ese olor y todas esas moscas.
Cuarenta años después, todavía tiene el sabor de ese estanque en la boca y lleva ese sabor a la caja del batidor cuando está cansado de entrenar.
La superestrella más anónima del deporte ha tenido que trabajar desde niño en los campos dominicanos sembrando tomates, melones y cebollas.
Y aprovechó los momentos de descanso para desayunar con el pan que le dieron y el lo que ganó de la tierra.
Ahora se ríe de eso, ahora rodeado de todos los lujos de un jugador de Grandes Ligas.
Se ríe de que el burro le acorta la pata o que lo arrastran por el campo cuando intenta ordeñar una vaca.
La familia quiere que Vladmir trabaje y él faltó mucho a la escuela, dejándola definitivamente después del quinto año.
Su madre ahora dice: “Me sentí mal por eso, pero teníamos que comer.
La tormenta no mató a nadie en nuestra ciudad, pero la falta de comida después del lanzamiento mató a muchos.
“Solo entendió por qué la escuela del pueblo tuvo que usarse como refugio para personas sin hogar durante tres años.
Y la bicicleta familiar tuvo que usarse para buscar comida y no encontrar otra escuela.
La estrella más anónima del deporte es quizás el hombre más confiado del mundo cuando ingresa al hit box.
donde está tan seguro de su talento que no pierde el tiempo estudiando videos o reportajes de lanzadores.
Sin embargo, Guerrero no tiene la misma confianza cuando abandona el diamante. Por eso no le gusta describir.
“Si no hubiese sido un jugador de Grandes Ligas, no sé dónde estaría en estos momentos”, dice Guerrero. “No sé cómo hacer otra cosa”.