Los zapatos que quizás se pongan de moda en el 2021
Un zapatero acaba de crear un zapato para que los humanos puedan mantener una distancia de mas de dos metros y así impedir ser contagiado por el coronavirus.
Grigori Lup a sus 55 años de edad tuvo que despedir a sus diez trabajadores después de que se la pandemia interrumpiera su ámbito laborar por el cual los encargos disminuyeron a mas del 95%. “ El cual dijo de repente, la gente dejó de entrar a mi negocio”,desde su taller en la ciudad de Cluj.
Una idea para salir de la crisis
El zapatero estaba desesperado por la situación de su negocio, el cual pensó rápidamente y se le ocurrió la idea para poder seguir activo durante la crisis. “Nadie respetaba la distancia social y pensé- voy a hacer tres pares de estos zapatos, los pondré por internet y los llamaré zapatos de distanciamiento social para llamar la atención”, explica el señor Lup, que reconoce que al principio fue todo “una especie de broma”. Y así empezó a hacer estos zapatos gigantes que garantizan a quien los lleva que nadie se acerque más de lo necesario.
Como todos los que produce en su taller, estos zapatos de apariencia extravagancia están hechos a mano y son de piel natural.
Los zapatos son de un número normal en la parte posterior en la que debe de meter el pie el cliente. Lo excepcional viene cuando terminan los dedos, donde empieza una punta rellena de un material ligero, como la suela, que equivaldría a un número 75 de pie. “Si dos personas que llevaran mis zapatos se pusieran una enfrente de otra habría una separación entre ellas de cerca de un metro y medio”, explica Lup, que vende cada par de “zapatos de distanciamiento social” a unos cien euros.
Los zapatos que según su creador hasta el virus del covid-19 previenen
Según informa el señor Lup dichos zapatos los cuales al principio fue fundamentalmente una broma, Lup ha recibido ocho encargos procedentes de Rumanía, Inglaterra y Canadá desde que numerosos periódicos y televisiones de Rumanía y otros países se hicieran eco de su iniciativa. Algunos de sus clientes le han dicho que piensan llevarlos por la calle, mientras que otros los utilizarán en espectáculos artísticos de temática cómica.
“Me llamó una persona Inglaterra y me dijo que quería unas botas de distanciamiento social. Le enseñé estas botas y le pregunté- ¿son para una obra de teatro? Y me dijo que no, que su marido le había dicho que quería ir por la calle con ellas”. Lup nació en una familia modesta de la Rumanía rural y lleva haciendo zapatos a mano desde 1949, cuando tenía 16 años y entró a trabajar como aprendiz con un zapatero de Cluj.