Esteban Loaiza: Entre el Recuerdo de Jenni Rivera y un Nuevo Comienzo con Ross Labra
A sus 45 años, Esteban Loaiza continúa siendo una figura que despierta interés tanto por su carrera deportiva como por su vida personal. A pesar del paso del tiempo, el exbeisbolista no deja de recordar con cariño a su fallecida esposa, Jenni Rivera, la inolvidable Diva de la Banda.
Su memoria sigue viva en cada homenaje, cada recuerdo y cada palabra que dedica a quien fuera su compañera durante cuatro intensos años.
Sin embargo, la vida también sigue, y Loaiza ha encontrado una nueva oportunidad en el amor. Desde hace un año y medio mantiene una relación con Ross Labra, una joven sinaloense de 28 años que ha comenzado a captar la atención del público y los medios.
Su nombre se hizo aún más visible tras su aparición junto a Esteban durante un homenaje luctuoso a Joan Sebastian en Juliantla, Guerrero.
Durante el evento, la pareja se mostró cercana y unida, y aunque muchos comentarios se enfocaron en la voluptuosa figura de Ross —especialmente en su atributo posterior, que no pasó desapercibido—, también hubo quienes destacaron la conexión evidente entre ambos.
Esta atención mediática ha generado un renovado interés en la vida amorosa de Loaiza, particularmente por el contraste físico entre Ross y la fallecida Jenni, y lo que esto revela sobre las preferencias del exbeisbolista.
Ross Labra, una mujer que lleva una vida tranquila como ama de casa, ha sido descrita como una presencia constante y serena en la vida de Esteban. Su relación parece estar basada en una búsqueda genuina de estabilidad y afecto, algo que Loaiza valora profundamente tras las tormentas emocionales del pasado.
Aunque los medios suelen centrarse en lo superficial, como la apariencia física de Ross, es fundamental reconocer que detrás de las miradas y los titulares existe una historia de segundas oportunidades, de duelo transformado en esperanza.
La relación de Esteban y Ross no solo representa un nuevo capítulo sentimental, sino también un intento por construir una nueva vida juntos, sin olvidar el legado emocional que Jenni dejó en su camino.